jueves, 5 de noviembre de 2009

INDUSTRIA CULTURAL

Industria cultural se podría definir como el conjunto de empresas e instituciones cuya principal actividad económica es la producción de cultura con fines lucrativos. En el sistema de producción cultural pueden considerarse: la televisión, la radio, los diarios y revistas, industrias cinematográficas, discográficas, las editoriales, compañías de teatro o danza, las distribuidoras, etc., creando mecanismos que buscan a la vez aumentar el consumo de sus productos, modificar los hábitos sociales, educar, informar y, finalmente, transformar a la sociedad, por tanto abarca todos los ámbitos de la sociedad e intenta incluir a todos los individuos sin excepción.

Consecuencia más importante del proceso de mercantilización de la cultura es la fusión de cultura y entretenimiento. Se busca escapar al aburrimiento con nuevas experiencias, buscando lo fácil y superficial, sin esfuerzo. Así, más que diversión se da una reproducción y confirmación de las formas de vida dominantes, existiendo una función social en la diversión comercializada. La paradoja que representa el tiempo libre regido por la industria cultural es que reproduce los esquemas del mundo laboral. En la diversión ofrecida por la industria de la cultura se tiende a borrar exigencias o pretensiones inesperadas dirigidas a un pensamiento independiente propio de sujetos autónomos, haciendo que los consumidores sean pasivos y, sobre todo, consumidores, propiciando reproducir modelos de asociación recurrentes y estereotipos repetitivos e impidiendo la oposición crítica como forma de consumo cultural.

Podemos entender como contra industria cultural todo aquello que es lo contrario a lo anterior citado y que no tiene o persigue algún fin con lucro y se mantiene con su propio recurso